sábado, 3 de julio de 2010

DONDE LA LUNA


La noche es hoy la niebla entre los huesos.
Alguien escribe tras de mí tu nombre
y aclara gota a gota su intención
de espuma; embate de borrasca y roca
dispuesta a perpetuarse erguida.

Cierro los ojos y el peñasco increpa.
Intento abrirlos, y la lluvia.
Recuerdo y sueño y soy una estatuilla
que hace de mí tu imagen.
Donde sólo yo puedo venerarte.
Donde la luna me ilumina y vuelve
a levantar al mar contra la piedra.

Poema musicalizado por Juan Pablo Contreras y publicado en su primer disco: Opus I

miércoles, 23 de junio de 2010

SABIA VIRTUD DE CONOCER EL TIEMPO


Hablar del tiempo no deja de estar de moda. Siempre es un buen momento para ocuparnos de su paso. Giramos invariablemente en la órbita del tiempo, y a veces nos preguntamos cuál es la mejor manera de aprovecharlo, cómo evitar que simplemente se nos vaya, cuándo es el momento adecuado para hacer o dejar de hacer algo.
En el centro de la vida cotidiana contemporánea ya no se encuentra el mero transcurso del tiempo, sino el ritmo que le damos a su uso. La velocidad, con que ahora nos vemos obligados a ocuparnos de las personas y las cosas, nos impone una manera de relacionarnos con el tiempo en la que el deseo de huída parece ser su característica principal; escapar del implacable acontecer del tiempo, del compás interminable del reloj y sus manecillas, del suceder que nos lleva de la juventud a la senilidad y la muerte.
Una de las tareas del artista es detenerse a exponer el significado profundo de los acontecimientos en relación al transcurso de las horas y los días. Invitarnos a hacer una pausa, para recordar que estamos hechos de las semanas y los meses pues, como dice Jorge Luis Borges en un pasaje de Otras inquisiciones: “El tiempo es la sustancia de que estoy hecho. El tiempo es un río que me arrebata, pero yo soy el río; es un tigre que me destroza, pero yo soy el tigre, es un fuego que me consume, pero yo soy el fuego.”
La expresión de este mismo espíritu se da, como motivo y tema, en Anuario, de Mario Torres. En los trece poemas que conforman el libro, hay un acontecer que se presenta en el tiempo, pero de manera muy distinta a como transcurre en la realidad.
Mario Torres despliega la marcha del tiempo de forma constante, uniforme, pasando por los meses de uno en uno en el orden conocido por todos y, no obstante, los días se nos vienen encima de manera que, en unas cuantas páginas, asistimos a una historia cuyos episodios han acontecido en muchos años: “El tiempo añade apodos/a granel, sin eufemismos,/lo que más fastidia de ti mismo/lo dice simple, del peor modo.”
El tiempo real se transforma al decantarse en el lenguaje poético para quedar suspendido. No es que en la literatura el tiempo transcurra sólo en apariencia, sino que en ella apreciamos una clase distinta de duración, un ritmo temporal modificado y, sin embargo, el mismo; pues, como diría el maestro Sergio Pitol, “Todos los tiempos son en el fondo un tiempo único”.
En los poemas de Mario Torres la vivencia es atemporal y despersonalizada, a la vez en el interior y fuera de la historia, más cercana a la conciencia del poeta y su manera de observar el mundo que a lo meramente anecdótico. En Anuario ni los trabajos y las penas, ni la sed y el hambre, ni los días y las hojas, ni siquiera los amores y paseos, se limitan a narrar hechos concretos, ni buscan la pirotecnia de las imágenes brillantes, sino condensar la vivencia en una aparente paradoja: detener el tiempo para observar su paso, para descubrir que somos tiempo y aquello que nos falta: “Todo el mundo con un ojo/es ver la mitad,/es junio, hemisferio del tiempo.”
Escribir es un intento de someter al tiempo, un acto violento contra el olvido. Literalmente, el acto de creación es un robo al tiempo. Un acto prometeico que nos recuerda que el arte es siempre un retorno al mito: “si ya a los dioses robé el fuego/¿qué me das por este mes,/si lo devuelvo al tiempo?/(¿qué me dan si lo devuelvo al tiempo,/qué me dan si les devuelvo el tiempo?)”
Seguramente los poemas de Anuario le devolverán muchas alegrías a su autor, y ahora será momento de recibir abrazos y felicitaciones. Su destino final está en otras manos, las de ustedes lectores, y como dicen unos de sus versos, “Haz lo que te corresponde, tiempo,/toma tus días y dale aliento/a los meses que esperan por su nombre”.
En cuanto a mí, presentar el libro de Mario, mi hermano por lo civil, me ha puesto un poco melancólico. Y cuando digo un poco quiero decir terriblemente. Los que lo queremos, y no me dejarán mentir la mayoría de ustedes, hemos introducido a nuestra manera de medir los años frases como: “cuando Torres acaba de publicar Lunas de jade, poco después de la boda de Paty y Mario, antes de que el pelón se fuera nuevamente a Oaxaca, entre muchas otras, que hablan de lo mucho que valoramos el tiempo compartido con él.
Desde mañana, que un poco de distancia vuelva a separarnos, comenzaremos a decir “que ayer eras otro año/que fechar será lo complicado/estas semanas”.

(Texto leído en la Galería de Arte Contemporáneo, de Xalapa, el 12 de junio de 2010)

miércoles, 26 de mayo de 2010

NOMBRE

Amaba a dos mujeres por su voz,
por sentirse llamado a ser palabra.
Sacrificaba el tiempo en sus altares
y cada noche el árido desierto
se deslizaba inmenso en una de ellas
para formar de pronto una atalaya,
abrir la altura y señalarla erguida y dueña
frente a la enorme magnitud de las congojas,
de las que hablaba el corazón mas no los labios,
de quien le sirve lo piensa y lo mira
desde mucho tiempo antes de que llegara el tiempo
de otorgarle su verdadero nombre.

lunes, 17 de mayo de 2010

QUIMERA

Y me levanto a media noche
con la intensión de regresar
en el abismo de los sueños
palabras dislocadas
para tomar tu sombra por los dedos
acariciar tu rostro
tus pies inermes
habitar las quimeras de la noche

correr para olvidar que no te tengo


Publicado por la revista Forum en febrero del 2009

martes, 9 de marzo de 2010

DR. NO

Ahora que sé que no
(ni mucho menos y de ningún modo),
es el momento de cerrar la boca,
negarme a dar cualquier explicación
(diferente a no porque no, ya dije),
y dejar las llaves del gabinete
en la mesa del consultorio
(por si alguien busca, todavía, respuestas).

jueves, 18 de febrero de 2010

EXPIACIÓN

¿Cómo nombrar ahora tu silencio?

No devuelvas la voz sin nuevos cantos.
No se comienza sin abrir el aire;
época de borrasca, libre miedo,
minuto inmóvil entre dos certezas.

Nadie conoce más que tú tu cuerpo.
La ciudad es el mapa de tus piernas.
Compensación. Palabras sólo tuyas.

Es la memoria hoy piedra infinita.
Sobre ella puedes ver que aquí te espero.

jueves, 14 de enero de 2010

UN GATO

Si hubiésemos tenido un gato
que caminara entre tus piernas
como llegan los lunes
y se abren paso a saltos
hasta embrollarse en julio
que hubiera dormido en el cesto con tu ropa
que saliera en la noche
golpeado de silencio
porque no estás en casa…

Si tuviera en la sombra
con quien mirar la niebla…

miércoles, 6 de enero de 2010

NOBLEZA

Que la enemiga venga
Buscando como prenda mi alma
Tome mi corazón por fortaleza
Lo lleve por el suelo
Y sangre con su cuerpo el mío
Cubriéndolo de heridas y de gloria