Ahora que sé que no
(ni mucho menos y de ningún modo),
es el momento de cerrar la boca,
negarme a dar cualquier explicación
(diferente a no porque no, ya dije),
y dejar las llaves del gabinete
en la mesa del consultorio
(por si alguien busca, todavía, respuestas).
martes, 9 de marzo de 2010
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