miércoles, 4 de noviembre de 2009

Diagnóstico

Como si algo le faltara y necesitara expresarlo para tener la constancia de lo que estaba sucediendo, Segismundo cerró la puerta a sus espaldas y se dirigió a su esposa:

--He tenido que escuchar palabra por palabra aunque mis pies me impulsaban a salir corriendo. El doctor Polanco ha sido definitivo. Nuestro hijo no es conciente de sus actos ni de sus pensamientos, ha perdido el contacto con la realidad. Ya no tendrá lucidez, ni su psicosis le dará momentos de libertad. Seguirá viendo esos duendes, al final del túnel, por siempre. En la Clasificación Internacional de Enfermedades su caso está catalogado como esquizofrenia paranoide. Normalmente estos transtornos inician en la adolescencia y nuestro pequeño Segismundo tiene ya treinta y siete años.

La mujer se puso de pie, abrió la puerta que acababa de cerrar su marido, y decidió llevar a Segismundo a la clínica mientras se lavaba la cara. Pensó que, al menos, eran afortunados de no haber tenido hijos.

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