Si hubiésemos tenido un gato
que caminara entre tus piernas
como llegan los lunes
y se abren paso a saltos
hasta embrollarse en julio
que hubiera dormido en el cesto con tu ropa
que saliera en la noche
golpeado de silencio
porque no estás en casa…
Si tuviera en la sombra
con quien mirar la niebla…
jueves, 14 de enero de 2010
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