sábado, 17 de octubre de 2009

TIENE QUE LLEGAR LA NOCHE

Soy de los hijos de una voluntad lunar.

Después de dormir sin sobresaltos, empujo
el día hasta llegar a la hora en que desaparece
la sombra cocida a mis zapatos

Mientras cae a cien la claridad,
y nada enturbia el encuentro conmigo mismo,
sé que tiene que llegar la noche

Hay veces en que uno es así.

Uno está bien, nada le molesta,
y va y busca un nuevo contrincante
porque nos falta emoción y es aburrido

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